miércoles, 10 de diciembre de 2014

Dar para Recibir (Da-Re)

No puedes recibir si primero no das

Dar para recibir

Muchas veces esperamos que nos den algo sin haber dado algo primero. Todo el tiempo estamos a la expectativa y sentimos que no recibimos nada de nadie. ¿Pero te has puesto a pensar por qué sucede eso? Tal vez tú no has estado dando todo lo que podías de ti mismo.
Hay una vieja frase que dice “intentar recibir sin dar algo primero es tan estéril como querer cosechar sin haber sembrado”. Y mucho hay de cierto en esta afirmación. Muchas veces, pretendemos que el mundo nos de algo y nos quejamos si no lo recibimos. Pero, ¿has pensado si tú estás dando todo lo que puedes de ti?

Es factible que no recibas todo lo que pretendes porque tú tampoco lo estás dando. Esfuérzate al máximo, reconforta a aquellas personas que te rodean, da siempre todo de ti y verás cómo los frutos llegan por sí solos. Es una cuestión que se retroalimenta.

Mientras más des, más recibirás. Y mantendrás a todos aquellos que te acompañan muy bien, como ellos te lo harán sentir a ti. Empezar a dar y saber valorar lo que uno recibe, puede ser uno de los puntos clave del crecimiento personal.

Todo el mundo quiere ganar más dinero. Pero algunas personas lo buscan en lugares equivocados. Un «compañero» me dice: «Necesito más dinero. Voy a hablar con el jefe». Tenemos por advertido el resultado, porque sabemos que los jefes son bastante reacios a obligar a la empresa a pagar más dinero y tampoco son partidarios de los aumentos rápidos e imprevistos. A algunos jefes les incomoda bastante el ser requeridos respecto al incremento de salarios. Nunca se he visto a ningún jefe ponerse contento de repente y aceptar incrementar sin motivo (para él) el sueldo de un empleado.

Desde hace más de seis mil años de historia, la vida es un conjunto de oportunidades y dificultades. Las cosas son así.
El «compañero» nos replica: «Bueno, entonces, ¿cómo cambiaré mi vida?» Y la respuesta es: «Tu vida cambiará sólo cuando cambies tú.»
Jim Rohn dice: “Siempre que hablo, ya sea dirigiéndome a los ejecutivos de las empresas o a los jóvenes de la universidad, mi mensaje es idéntico: «La única manera de que las cosas mejoren, es que usted mejore, que se perfeccione»”.






No hay comentarios:

Publicar un comentario